El volante de enlace tiene un fútbol más adecuado a la dinámica y la fluidez, en cambio el 10 clásico sudamericano se detiene en la elaboración de la jugadas más complejas, aportando improvisación y el manejo de los tiempos. Sin embargo, y a diferencia del volante de creación -que juega libre-, el volante mixto debe ir y venir retrocediendo a recuperar posiciones si su equipo pierde el balón en ataque. En si los volantes de creación son a quienes se les otorga la responsabilidad mayor de manejar el juego de su equipo; de ellos depende que su equipo juegue bonito buscando el ataque con improvisación, triangulación y sorpresa. Puede ser más completo que el volante de creación desde una perspectiva puramente tacticista, pero por sus características táctico-defensivas no encajaría en una disposición de ataque pues condicionaría al equipo jugando muy contenido y con menos libertad. El 10 clásico no juega contenido ni responde a estilo tecnicista de fútbol, muchos asumen en esto la razón por la cual el volante de creación no prospera en Europa pero si lo hace en Sudamérica.
Debe improvisar el fútbol, camisetas baratas futbol ingeniar y crear el juego a modo de director técnico dentro de la cancha. En su función creativa se encargan de principalmente de transportar el esférico hacia el campo rival con despliegue y dinámica, también es importante que envíen centros hacia el delantero de turno; ayudan a desahogar la salida de balones desde el fondo del campo o si es conveniente pasar el balón a algún jugador en el centro de la cancha. Es esto lo que los diferencia del lateral volante que «gira» desde el costado hacia el centro aportando claridad y distribución a la elaboración de radio corto. Es frecuente ver dos de ellos jugando en la dos por dos volantes por las bandas a los costados o en un 4-2-3-1 en el centro acompañado de dos mediapuntas o volantes con llegada. El Super Balón de Oro (en francés: Super Ballon d’Or) fue un premio honorífico otorgado por única vez por la revista France Football en 1989 al mejor futbolista de las últimas tres décadas. Este futbolista se debe caracterizar por ser un gran distribuidor de balones en ataque, debe contar con remate a distancia y conducción.
Al igual que el volante de enlace, una de las principales funciones de estos jugadores es la tarea de conectar (para no decir enganchar) al resto del equipo con el ataque, por medio de la buena conducción del balón, por lo que se los puede catalogar de tetraquartistas. Una de las principales funciones de estos jugadores es la tarea de enganchar al resto del equipo con los atacantes por medio de la contundencia en la conducción del balón por el medio campo. Mayormente este tipo de volantes son jugadores rápidos, con muy buena conducción de balón y con habilidad para retenerlo en la subida, también debe tener algo de marca y por supuesto debe ser buenos para enviar centros cruzados sobre el área rival. Este tipo de volante puede cumplir funciones creativas parecidas al volante de creación encargado de tres cuartos de cancha, por lo tanto se le puede denominar trequartista. Este tipo de futbolista debe tener mucha dinámica y velocidad, porque así aporta fluidez en la creación. El volante de enlace debe obligatoriamente ser un futbolista ordenado y limpio tácticamente que sea un ejemplo de juego para su equipo.
A diferencia del volante mixto, este futbolista no cuenta con el notable despliegue físico del anterior, ni cumple prioritariamente con responsabilidades defensivas, pero si cuenta con una mayor visión y tiempo sin perder por aquello la dinámica. El volante de creación y el volante de salida se parecen en cuanto que ambos son agentes de elaboración de juego. Muchas veces el volante de enlace es indispensable en la media cancha cuando su propio equipo juega muy contenido y se hace necesario ceder la creación de juego a un solo jugador que a sí mismo sepa distribuir aprovechando el despliegue y desdoblamiento de su equipo. El volante mixto es por tanto un jugador ideal para equipos con disposición defensiva. Por lo mismo, el enganche dicta mucho de parecerse al volante de creación, ya que aquel juega más enmarañado. La diferencia con el mediapunta es que este último obligatoriamente debe tener vértigo y llegada al gol, cosa que al enganche no se le obliga, pues debe estar más preocupado de bajar a recibir balones y «girar». Pisa el balón, conduce, levanta la cabeza, pues se toma su tiempo para armar una jugada más compleja, como una pared o un pase filtrado, a la hora de enfrentar y desarmar las líneas defensivas del equipo rival.